miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Galeón de Manila

Hoy en día el galeón de Manila cuenta hasta con su propia asociación cultural. Después de haber estado buscando un rato información sobre los galeones de Manila, y pensar en ellos como en antiguos barcos que recorrían este mundo cuando parecía otro, y casi sintiendo nostalgia por su antigua importancia, (el barco y la mar son motivos que me llenan la cabeza de imágenes) me ha sorprendido enormemente encontrarme con su página web, http://www.galeondemanila.org/.
De pronto uno recuerda y certifica el peso y la influencia que tiene ese pasado sobre este presente, que no sería el que es sin esos barcos.
Y es que el galeón de Manila, o Galeón de Acapulco, o Nao de la China, hizo posible durante más de dos siglos un gran intercambio comercial y sobre todo cultural entre Méjico y Filipinas cuando ambas estaban vinculadas a España.
Pensar en el peso histórico de ese barco resulta inabarcable.

Los galeones de Manila, en sí, eran naos evolucionadas y mejoradas por el avance tecnológico en la navegación.










En tiempos de Felipe II, la monarquía no se encontraba en un momento económico favorable. El rey había heredado de Carlos I un imperio en bancarrota, así que necesitaba soluciones efectivas para arreglar las consecuencias de la mala administración de su padre. Surge de ahí la idea del comercio con Oriente, que en ese momento monopolizaba Portugal.
La idea parecía sencilla; el comercio podría establecerse entre Filipinas y Nueva España (Méjico actualmente), y después traerlo a la península para desde aquí poderlo distribuir a Europa. (Todo esto pasando por encima de Portugal…) Sólo existía un problema: no se conocía la ruta del tornaviaje, es decir; se sabía bien cómo ir de Nueva España a las Filipinas, pero no como volver.





Para tratar de hacer frente a este problema, Felipe II ordenó que se enviaran desde Nueva España algunos navíos expedicionarios a las Islas Filipinas. En ellos viajaban entre otros Miguel López de Legazpi, un marino vasco,
y el fraile agustino Andrés de Urdaneta. Su cometido era claro: colonizar las Filipinas y encontrar un ruta práctica de regreso.
Y así lo hicieron.
Se descubre la corriente kuroshio que cruza el Pacífico en dirección este, que será la que se siga en adelante para el tornaviaje, aunque haya que desviarse hacia el norte para cogerla y se invierta un mes más que en el sentido contrario.
Es Urdaneta a bordo del San Pablo el que inaugura la ruta partiendo de las Filipinas en Junio de 1565 y llegando a Acapulco el 3 de Octubre del mismo año.

Desde este momento comienza un incesante comercio entre los tres continentes que supone una revolución a todos los niveles: político, económico, social, cultural…

En concreto, la ruta Manila-Acapulco-Manila, ha sido una de las que más ha durado en la Historia funcionando durante dos siglos y medio, hasta 1815, cuando se interrumpe el servicio al estallar la Guerra de Independencia en Méjico.






Me ha llamado la atención (por haber nacido maña) que uno de los navíos fuese bautizado con el nombre de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza (casi todos los navíos tenían nombres religiosos).

Para una información más completa sobre los galeones recomiendo visitar http://www.todoababor.es/articulos/nav_carrerafilipinas.htm. También es muy interesante visitar la web de la asociación antes citada. Hace un repaso a la historia de las Filipinas y la influencia española en diferentes aspectos, entre ellos por supuesto la lengua.
He encontrado además otras historias muy interesantes relacionadas incluso con la piratería de los galeones en el siguiente pdf: http://www.loyola.tij.uia.mx/ebooks/historia_baja/%5B10%5D%20%20%20El%20Gale%F3n%20de%20Manila.%20VI.pdf.










1 comentario: