lunes, 5 de diciembre de 2011

Quién te ha visto y quién te ve

Puede que remontarnos a la época de Pericles sea viajar demasiado lejos en el tiempo, pero sorprende que una civilización que ha sido la cuna del pensamiento clásico y por tanto base de la cultura occidental pueda ahora verse metida en semejante berenjenal.
La situación en Grecia es realmente complicada. No digo que la que vivimos ahora en España sea la mejor (ni mucho menos) pero a veces merece la pena mirar hacia otro lado para comprender que las cosas siempre pueden empeorar. Y ver el ejemplo en un país del que pensamos estamos a la par, da mucho que pensar.
Y es que las nuevas medidas de recorte propuestas en Grecia para salir de la crisis, no parecen compatibles con las necesidades económicas de cualquier familia por más austeridad que se proponga.
Así, y debido a que todos los sectores de la población (desde el hombre de negocios hasta el estudiante) se ven afectados por estos ya cuatro años de recesión, las protestas en Atenas están a la orden del día. Es casi un 40 por ciento lo que cada trabajador ha perdido de sus ingresos para vivir.
Gran parte de este problema se debe a la deuda que Grecia ha acumulado al entrar en la comunidad económica europea; esto es, al cambiar del dracma al euro. Y hoy en día son muchos los que se preguntan si no sería mejor salir del euro.
La primera huelga general contra el gobierno de Papademos (séptima en lo que va de año) tuvo lugar el pasado día 1 de diciembre. Miles de personas (alrededor de las 17000 en Atenas, y otras 6000 en Salónica) se movilizaron bajo el lema “no al presupuesto de la recesión”, protestando por la reducción de los salarios, las pensiones, el recorte masivo de los empleos públicos y el aumento de la presión fiscal.
Supuestamente, antes del día 8 de diciembre el Parlamente griego ha de aprobar una reforma de los planes de ajuste, ampliando las medidas de austeridad a pesar de que la población considere que “no cabe más austeridad”. Algunas personas afirman incluso haber tenido que cortar la luz por la imposibilidad de su pago, y niegan poder hacer más sacrificios.
Han sido pocos los que han salido a la calle sin comparamos esta movilización con la huelga que tuvo lugar en el mes de octubre, en la que más de 125000 personas tomaron las calles en un paro general de dos días.

"Hay ciertamente menos gente que en octubre (....), pero la paciencia de la gente está empezando a verse superada (...) Hay una gran tristeza y una desesperanza que podrían expresarse bien pronto, solo espero que no sea de manera descontrolada", ha declarado Ilias Iliópulos, vicepresidente de Adedy, a Radioflash. "Seguiremos presionando a través de huelgas para expresar nuestra oposición a los ajustes", ha dicho por su parte el presidente de GSEE a la cadena de radio Vima 99,5.

Es cierto que la población griega está llegando a un punto en el que el enfado se torna en tristeza y desesperanza. No hay futuro en Grecia para los estudiantes griegos, tampoco para los trabajadores. Si se sigue así, es probable que Grecia se encuentre con un vacío generacional al tener que abandonar el país la mayor parte de la población de entre 20 y 35 años.

Lo que yo me pregunto es qué va a suceder si toda una generación ha de emigrar a otros países para poder obtener un puesto de empleo de aquello para lo que se han formado y una vida digna. Si esto sucediera, cada vez sería más difícil salir de la crisis, y Grecia entraría en una espiral con muy difícil solución.
Los propios griegos tratan de esperar y aguantar para ver si la situación mejora ya que no quieren abandonar su país, pero reconocen que cada vez es más y más difícil.

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